domingo, 11 de marzo de 2012

No fueron por 3 puntos, fue por la historia

Se enfrentaron en la Bombonera, dos de los cinco equipos más grandes del fútbol argentino (y mundial). Los dos venían de derrotas, pero con momentos totalmente diferentes. Boca venía de perder contra el Fluminense de local, pero por la Copa Libertadores, y por el lado del torneo local, cosechaba 33 partidos sin perder. Por el lado del equipo visitante, venía de perder por la Copa Argentina contra Belgrano, de perder por el Clausura con Argentinos Jrs. y además con la partida hace una semana, de Ramón Díaz. Por lo tanto se veía muy raro que el elenco visitante diera el batacazo y consiguiera los tres puntos. Pero lo hizo, y no sólo eso, demostró corazón, algo de buen fútbol (no desbordante) y goles, muchos goles. A Boca no es la primera vez que "el Rojo" le saca el invicto. Entre los años 98/99 fue el mismo Independiente que ganando 4 a 0 terminó con ese invicto de 40 partidos (récord argentino). Y hoy, la historia se vuelve a contar, fue el “Rojo" que con un gol de Vidal, otro de Ferreyra y un hat-trick del "Tecla" Farías, ganó un partido apasionante, mientras que para el local marcaron Roncaglia x2, Riquelme y Ledesma.

El partido comenzó como nadie lo esperaba, a los 40 segundos, a Patricio Vidal, luego de un choque de los defensores de Boca, le quedó servida la pelota y definió muy bien de zurda, poniendo arriba al equipo de Avellaneda. Enseguida, le hicieron una falta que mereció tarjeta a Hernán Fredes y el "Malevo Ferreyra" con su buena pegada (no sería la única vez que fuera a aparecer en el partido) metió la pelota en el arco de Agustín Orión. Ahí fue que a los 12 minutos, luego de que Boca apareciera en el partido, con bastante suerte, le quedó servida a Roncaglia (cuando Schiavi había pateado mal) y este transformó ese error en acierto. Boca empezó a dominar la pelota, con llegadas por el lado derecho, donde siempre recibía Gaona Lugo, aunque resolvía mal y tiraba centros pasados. Y en el "mejor" momento del equipo Xeneize, fue cuando de un centro de Osmar Ferreyra, Farías convirtió su primer gol en el elenco de Avellaneda. A pesar de este golpe anímico, Boca cerca del final del primer tiempo, convirtió ese gol que le dio las esperanzas de poder dar vuelta el partido, a través de una jugada calcada a la anterior, que definió Riquelme. Así los equipos se iban al descanso con Independiente dando la sorpresa de la fecha.

Empezó el segundo tiempo, y Boca no se quedó atrás en la búsqueda del empate, y fue así como, por medio del error grosero de Diego Rodríguez (de mal partido), Roncaglia puso el empate. Y así dominó Boca, sin toda la claridad, pero si fue contundente, y logró gracias a Ledesma ponerse arriba por primera vez en el partido. Y vinieron los cambios, algunos de los cuales en los dos equipos tuvieron que ser obligados, porque el partido se jugó con todo, y aunque no lo parezca, los jugadores son personas, y en un momento no dan más.

El partido parecía que no daba para más, pero en ese entonces apareció el hombre de la noche, el que hizo la diferencia, el que Independiente necesitaba, "El Tecla Farías" y por medio de su cabeza, enfrente al arco, la mandó a guardar y dejó un final abierto para los 5 minutos que faltaban jugar en el descuento. Y como logró el empate, el goleador no se conformó con su segundo gol y siguió buscando, y lo encontró. En la última jugada del partido, Farías le ganó la pelota con sus últimas fuerzas al siempre mal intencionado Schiavi, y cuando vio venir a Orión, definió como solo esas personas que fueron tocadas por la varita saben, y convirtió la alegría de los Xeneizes en llantos y pataleos.

Digan lo que digan, Independiente y Boca, jugaron un gran partido, pero uno sólo se llevó la victoria, y ese fue el Grande de Avellaneda, el verdadero Rey de Copas.
Punto a parte se merecen lo repugnante que son los periodistas y los árbitros, siempre beneficiando con la palabra o con el pito a los de "azul y amarillo". Esta historia de que Boca siempre salga beneficiado tiene que acabarse, no beneficia a nada ni a nadie, hace que el fútbol empeore y estemos como estemos. Para los amantes del buen fútbol, hoy fue un día feliz, no porque Independiente haya demostrado un gran fútbol, sino porque puede ser el comienzo del fin de este equipo Campeón que no agrada a nadie y nunca gusta.

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