martes, 24 de diciembre de 2013

La tregua de Navidad

El 24 de diciembre de 1914, en medio de la Primera Guerra Mundial, soldados alemanes y británicos decidieron parar de pelear para la Nochebuena y Navidad (sin permiso de sus respectivos Ministerios de Defensa), y al día siguiente, un soldado británico sacó una pelota de fútbol, y soldados de ambos frentes se unieron en un partido. Dejaron las armas y celebraron la Navidad en paz y con una pelota de por medio.

El asesinato en Sarajevo del heredero al trono austriaco, el Archiduque Francisco Fernando, fue el detonante de la guerra. El Imperio austrohúngaro, el alemán y el otomano conformaban el grupo de las Potencias Centrales; Francia, Reino Unido y el Imperio ruso se encontraban del grupo de los Aliados.

Durante la primera etapa del conflicto, se desarrolló lo que se conoce como “guerra de trincheras”. La mayoría de ellas estaban ubicadas en la frontera franco-belga y allí murieron miles de soldados. Cinco meses después de iniciada la guerra, soldados británicos y alemanes que peleaban a lo largo de la línea de trincheras que iba de Ypres a Neuve Chappelle decidieron parar de pelear para la Nochebuena y Navidad.

En la noche del 24, compartieron charlas, comidas, canciones y aprovecharon para escribir cartas a sus seres queridos. Al otro día, un soldado escocés apareció con una pelota de fútbol, y rápidamente británicos y alemanes realizaron un partido, que ganaron los alemanes por 3 a 2. El partido se acabó cuando el Oficial en Jefe alemán tuvo constancia del hecho y ordenó que el encuentro se terminara, y después de dicha orden, ambos bandos regresaron a sus trincheras y la fraternidad terminó.

El teniente alemán Johannes Niemann contó: “Un soldado escocés apareció cargando un balón de futbol, y en unos cuantos minutos ya teníamos juego. Los escoceses hicieron su portería con unos sombreros raros, mientras nosotros hicimos lo mismo. No era nada sencillo jugar en un terreno congelado, pero eso no nos desmotivó. Mantuvimos con rigor las reglas del juego, a pesar de que el partido sólo duró una hora y no teníamos árbitro. Muchos pases fueron largos y el balón constantemente se iba lejos. Sin embargo, estos futbolistas amateurs a pesar de estar cansados, jugaban con mucho entusiasmo. Nosotros, los alemanes, descubrimos con sorpresa cómo los escoceses jugaban con sus faldas, y sin tener nada debajo de ellas. Incluso les hacíamos una broma cada vez que una ventisca soplaba por el campo y revelaba sus partes ocultas. Sin embargo, una hora después, cuando nuestro Oficial en Jefe se enteró de lo que estaba pasando, mandó a suspender el partido. Un poco después regresamos a nuestras trincheras y la fraternización terminó. El partido acabó con un marcador de tres goles a favor nuestro y dos en contra. Fritz marcó dos, y Tommy uno”.

En uno de los tantos actos conmemorativos que se realizarán hasta 2018 por el centenario de la Primera Guerra Mundial, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico y la federación inglesa anunciaron hace unos días que financiarán la construcción de un campo de fútbol cerca donde se produjo ese partido, en Ypres. La idea es organizar un torneo juvenil con equipos de toda Europa para “continuar los mensajes de paz y entendimiento, que se asocian con el partido original de la tregua de Navidad de 1914″, según declaró Ged Roddy, director de los Juveniles de la Premier League.

En plena guerra, el fútbol sirvió de unión entre dos bandos enemigos que compartieron un momento de paz con una pelota de por medio y sin armas en su poder. Una Navidad que disfrutaron como futbolistas dejando de lado la enemistad, aunque sólo fuera por unas horas.

Por Daniel López (@danilopez1414)

viernes, 20 de diciembre de 2013

Entre armas y fascismo, el "Grupo Salvaje" del Lazio

El Scudetto italiano del 73/74 no fue un campeonato más. Fascistas confesos habituales de la noche romana, armas y fútbol se juntaron en la Lazio dirigida por Tommaso Maestrelli. Un equipo dividido a muerte en un vestuario comandado, por un lado, por el goleador y figura Giorgio Chinaglia. Y por el otro, el lateral izquierdo y habitué del paracaidismo en sus ratos libres, Luigi Martini.

"Éramos el reflejo de una época violenta, casi de guerra civil, y había que definir de qué parte se estaba", reflejó años después el arquero del conjunto lazial Felice Pulici. Los cruces en los entrenamientos se volvían batallas y equivocarse de vestuario podía costar un botellazo.

Ni los buenos resultados cambiaron el ambiente de un plantel que vivía armado en las concentraciones porque según propia palabra de los jugadores “temían un atentado de las Brigadas Rojas”. Apuntar a las botellas vacías, pájaros y luces era el juego predilecto de este equipo. Sergio Petrelli, defensor Biancocelestti, cansado de levantarse a prender y apagar las luces, utilizaba su Magnum 44. Pero eso no era suficiente para Petrelli. Un día, tras un amague de ataque de unos fanáticos de la Roma probó, desafiante, a su compañero exjugador del equipo rojo Giacomo La Rosa al grito de  "ahora vamos a ver si realmente sos del Lazio", y le disparó a las piernas. La Rosa permaneció una semana en cama con 40 grados de fiebre.

Los pistoleros del Lazio lograron la coronación en la anteúltima fecha venciendo 1 a 0 al Foggia, con Chinaglia convirtiendo 24 goles y consagrándose en el ídolo máximo de los tifosis. "Long John", como le decían a Chinaglia, estaba en la cresta de la ola. Su debut con el “Toto” Lorenzo, los ascensos y descensos habían quedado atrás.

Luego del título, “Long John” recibió una jugosa oferta y se fue a jugar al Cosmos de Pelé y Beckenbauer donde era más que un jugador: "A Pelé -contó Chinaglia en una de sus entrevistas- primero le hablé como jugador. Le dije que jugara más por afuera, que me dejara más espacio por el centro. No lo tomó bien. Y entonces, como además de jugador yo también era dirigente del Cosmos, le dije: O lo haces o te vas."

Tras su paso por los Estados Unidos, Chinaglia logró la presidencia del Lazio en 1983, pero no le fue nada bien. El descenso a la Serie B y un escándalo de sobornos fueron lo único destacado de su vida como dirigente. En el año 2006, persistente, “Long John” volvió a la carga por la presidencia como cara de un grupo inversor húngaro que quería comprar las acciones del club y devolverlo al alto mando. Utilizando cualquier tipo de medio de persuasión, Chinaglia contrato a cuatro ultras de la afición lazial conocida como los “irreducibili”. Estos aprietes al presidente y al entrenador de los matones, tuvieron como desenlace, a los “irreducibili” en la prisión y a Chinaglia condenado por aprietes y amenazas teniéndose que ir a los Estados Unidos, donde murió de un ataque cardíaco en abril de 2012.

Los casos de corrupción no solo quedaron en el goleador del equipo. Pino Wilson, el principal aliado de “Long John” en el vestuario, fue condenado por corromper a jugadores para arreglar partidos en el escándalo del Totonero de 1980, que envió a Lazio y Milan a la B. También Martini, su archienemigo en el vestuario, fue implicado en un caso de corrupción como diputado neofascista.

En la memoria de los tifosis laziales quedará el entrenador Maestrelli que murió de un cáncer de hígado en 1976, dos años después del título y el volante Luciano Re Cecconi, que cuarenta y seis días más tarde, en una acción que describía al “grupo salvaje” de pies a cabeza entró a una joyería bromeando: "Arriba las manos, esto es un asalto”, y el joyero lo mató de un balazo en el pecho.

Por Gastón Ninin (@gasty93)

jueves, 19 de diciembre de 2013

“Un equipo, Un Presidente para River”

A las 20 hs. del último domingo, Rodolfo D’onofrio comenzó a festejar y a sentirse el nuevo presidente de River Plate. El 55 % de un padrón electoral récord en la historia “Millonaria” hicieron que la diferencia con los otros candidatos sea irreversible.

Nacido en Ramos Mejía, asistió a la escuela Nº 4 General San Martín y cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires, para luego ingresar a la Facultad de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires y recibirse de Licenciado en Economía en 1970.

Hoy es un economista con una vasta experiencia profesional y empresarial. El nuevo dueño del sillón de Leopoldo Bard,  ha sido Presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguro, vicepresidente de F.I.D.E.S (Federación Interamericana de Seguros), director de Activa AFJP, director de La Caja de Ahorro y presidente de La Caja ART. En la actualidad, Rodolfo es presidente de Conprefin (Consultora Previsional y Financiera) y presidente de La Estrella Compañía de Seguros.

Su historia con River Plate comenzó desde la cuna cuando su padre, Raúl D’onofrio, presidente de la AFA en los años 1971 y 1972, lo asoció al apenas nacer. Rodolfo, socio vitalicio del Millonario, a su vez, les transmitió esa pasión a su mujer, a sus hijos y a sus nietos, asociándolos y posibilitando que cuatro generaciones compartan el mismo orgullo.

Desde 2005 hasta 2009 Integró la Comisión Directiva como vocal titular por la oposición y fue participe de varias votaciones importantes entre la que se destaca su voto negativo a la operación que se basaba en la venta del 30 por ciento de 16 jugadores de inferiores, Gonzalo Higuain, Juan Pablo Carrizo y Diego Buonanotte, entre otros.

En 2009 decidió lanzar su candidatura a la Presidencia de River Plate pero en una elección que dejó más dudas que certezas, perdió contra Daniel Passarella por tan solo seis votos.

En estas elecciones no quiso que le sucediera lo mismo y armó, según declaraciones de socios, “una de los mejores equipos de trabajo de los últimos 20 años”, con gente joven con experiencia y los máximos ídolos de la historia riverplatense a su lado. En su lista lo acompañan: Jorge Brito, gerente general del Banco Macro, y Matías Patanian, CEO de Aeropuertos Argentina 2000, como sus Vicepresidentes.

Por el lado de los ídolos, Amadeo Carrizo, legendario arquero de La Banda, ocupará el cargo de Presidente Honorario. Restan detalles para que Enzo Francescoli encabece la secretaria técnica que contará con Norberto Alonso, Ubaldo Filliol y Leonel Gancedo entre sus filas, y Ariel Ortega sería ayudante de campo de Gustavo Zapata en la reserva.

Todos estos aspectos fueron lo que provocaron que el socio elija “Un equipo, un Presidente para River”, slogan de su campaña, para que gobiernen a una de las instituciones más grandes.

Por Ramiro Monteverde Larrouyet (@ramamonteverde)

jueves, 5 de diciembre de 2013

Mandela y el fútbol: Makana Football Association

El jueves 5 de diciembre de 2013 no va a ser una fecha más en la historia de la humanidad, porque Nelson Mandela nos dejó pero su legado nunca se va a borrar.

Símbolo de la lucha contra el Apartheid, Mandela nunca abandonó sus ideales. Conocida es su relación con el deporte siendo clave en la organización de los Mundiales en Sudáfrica de rugby en 1995 y de fútbol en 2010, pero no todos saben que esta relación con el deporte comenzó mucho antes de su asunción a la presidencia. En 1967, mientras cumplía su condena por su postura política en la prisión de la isla Robben, Mandela creó junto con el apoyo de otros prisioneros la Makana Football Association, si una liga de fútbol en la cárcel más temible del mundo.

Como no podía ser de otra manera, el nombre de la liga fue tomado del nombre de un viejo luchador social al que varios de los ahí recluidos, incluido Nelson Mandela, veían casi como un ídolo: Makana Nxele, que a principios del siglo XIX fue encarcelado y murió en la Isla de Robben.

Debido a las restricciones que regían la prisión, la consolidación de la liga no fue para nada sencilla. A los reclusos no se les permitía practicar ningún deporte en sus tiempos libres y esto desencadeno en una lucha de tres largos años logrando el derecho de jugar al fútbol a partir de 1967.

La única foto obtenida de un partido de la Liga Makana
La Cruz Roja Internacional tuvo un papel determinante por la presión ejercida a las autoridades de la cárcel para que los reclusos pudieran jugar. Al final consiguieron que los presos jueguen 30 minutos durante todos los sábados. Ya en 1969, la liga era una realidad y el interés por el fútbol había llegado a todos los rincones de la isla.

Los ideales de Mandela se cristalizaron en las reglas de la liga Makana: todos los presos, sin importar la calidad, pensamiento político ni religión, podían formar parte de un equipo, por lo que se crearon tres divisiones. Se regía, gracias a un reglamento que había en la biblioteca, con las reglas FIFA siempre con un espíritu justicialista y honesto.

Con el fin del Apartheid y el cierre de la isla Robben llegó el fin de la Makana Football Association, pero como lo demostró después en su gobierno, el fin del deporte y la igualdad gracias a Mandela nunca llegó.

Por Gastón Ninin (gasty93)

martes, 3 de diciembre de 2013

Lothar Matthäus: Más partidos que nadie en Mundiales

El sueño del pibe es jugar un Mundial. En Alemania, más precisamente en Erlangen, el 21 de marzo de 1961 nació el pibe que más veces cumplió su sueño.

Lothar Herbert Matthäus o simplemente Loddar como lo apodaron en su pueblo comenzó su carrera futbolística en un pequeño club de Herzogenaurach, donde la compañía Adidas tiene su sede, y no paró hasta convertirse en el jugador con más partidos en la historia de los mundiales.

En sus planes no estaba ser futbolista profesional cuando comenzó a estudiar decoración de interiores luego de finalizar su etapa escolar, pero su citación a los 18 años a la selección nacional juvenil cambio el rumbo por completo. La atracción de la Bundesliga fue inminente y el Borussia Mönchengladbach no tardó en ficharlo.

Luego de debutar en la selección mayor en la Eurocopa de 1980, el talentoso mediocampista tuvo la oportunidad de estar en el plantel subcampeón del Mundial de España 1982, sin un papel preponderante ya que Paul Breitner era el patrón de la media cancha en ese equipo alemán.

El Mundial de México 1986 lo encontró a Matthäus en un gran momento. Su traspaso en 1984 al Bayer Munich le dio un salto de calidad que demostró en el seleccionado, llevándolo a la final de un torneo que no pudo conquistar por Maradona y compañía. Nuevamente el podio lo encontraba en el segundo escalón.

La tercera es la vencida dicen y Loddar lo confirmó. Tras fichar para el Inter de Milán en la temporada 88/89 Italia era su lugar y en el Mundial del ’90 Diego no pudo con él. Por tercera vez consecutiva Alemania participaba de una final y el penal convertido de Brehme frente a la Argentina le dio el título que tanto quería. La Copa del Mundo tan deseada ya estaba con él.

Los éxitos de los otros tres mundiales no se pudieron repetir en Estados Unidos ’94 y Francia ’98. Alemania quedó eliminada con Bulgaria y Croacia respectivamente, pero Loddar, jugando en su nueva posición como marcador central, logró estirar la cantidad de partidos con la selección germana.

En total Matthäus jugó 25 veces con la camiseta alemana en mundiales convirtiendo 6 goles.

Por Gastón Ninin (@gasty93)