(EFE).-
Con un gol de penal de Sebastian Driussi, River Plate logró el título del
Mundial de Clubes sub 17 en la localidad madrileña de Colmenar Viejo, con un
triunfo en la final contra el Atlético Madrid (1-0), al que anuló desde el
primer minuto y al que perdonó una derrota más severa al final.
Fue mejor el conjunto
argentino, un bloque compacto, impenetrable para el equipo español durante los
más de 80 minutos que duró el encuentro y que tomó una ventaja definitiva en el
16, en un penal inocente en una esquina del área y pegado a la línea de fondo
de Álvaro sobre Driussi y que el delantero anotó con calidad.
El
Atlético nunca encontró el ritmo del partido. Ni en ataque, atascado siempre en
los últimos metros, sin la claridad suficiente para filtrar pases entre la
defensa adversaria; ni en el centro del campo, donde le faltó precisión y
velocidad en la transición; ni en la zaga, siempre inquieta ante la presencia
del hábil Driussi.
Su mejor activo fue
el arquero: Santiago Canedo. Si el partido llegó abierto y con emoción a los
minutos finales fue por culpa suya, porque el guardameta se multiplicó frente a
los contragolpes de River Plate y a la variedad de recursos de Driussi, que,
salvo de penalti, siempre estrelló sus disparos en los reflejos de Canedo.
Sus sensacionales
paradas, sin embargo, no fueron suficientes para frenar al conjunto argentino,
dueño del duelo prácticamente desde el principio y por delante en el marcador
superado el primer cuarto de hora, con un penalti transformado por Driussi, el
motor ofensivo de una máquina que funcionó con eficiencia todo el duelo.
Porque River Plate no
sólo despuntó en ataque con el delantero y sus conexiones con Andrade desde el
centro del campo, que agrandaron las estadísticas ofensivas de su equipo en el
segundo tiempo, sino que también fue un equipo muy sólido en el medio, demostró
fortaleza en su retaguardia y limitó las opciones ofensivas del Atlético a dos
acciones: un cabezazo de Rober al poste y un tiro lejano de Andrés.
Nada inquietante para
River, el nuevo campeón del Mundial de Clubes sub 17 “Comunidad de Madrid”, con
el arquero menos goleado del torneo, un seguro Augusto Batalla, y con el máximo
goleador de la competición, Sebastián Driussi, brillante en la final e igualado
a tres tantos con el barcelonista Sergio Buenacasa.
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