Con la vuelta de nuestro gran emblema y capitán a la mítica Bombonera, el
“Xeneize” se reencontró con parte del fútbol que supo jugar. Juan Román
Riquelme se cargó la ofensiva en su espalda y cada pelota que cruzaba la mitad
de la cancha pasaba por sus pies, en líneas generales un partido discreto de
Boca, con fallas en la defensa, como durante todo el campeonato.
Walter Erviti ya no sorprende, jugador de toda la cancha literalmente, es el que siempre se encarga de arreglar los baches de sus compañeros, por izquierda, derecha y ahora como llegador, definiendo lo que fue la ventaja para Boca ante Arsenal de Sarandí.
Walter Erviti ya no sorprende, jugador de toda la cancha literalmente, es el que siempre se encarga de arreglar los baches de sus compañeros, por izquierda, derecha y ahora como llegador, definiendo lo que fue la ventaja para Boca ante Arsenal de Sarandí.
La actuación de Román fue algo de lo que todos esperamos de él, rápido
de mente y limpiando cada ataque, que en cualquier momento te puede sorprender
con alguna genialidad, lujo o lo que sea.
En el segundo tiempo llegó una pincelada más de su magia: cuando se
encontraba en las puertas del área rival, enganchó para la derecha, después
para la izquierda y tiró una vaselina que si entraba había que clausurar La
Bombonera -una vez más- .
De cara al futuro, esperemos que el 10 pueda hacer una buena
pretemporada para el semestre que viene, que con él en cancha, es otra
historia.
Por Juan Cruz Aznarez (@aznarezjc)
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