Hubo una vez, un club de
barrio y del Interior del país que llegó a pelear por el campeonato de Primera
División del fútbol argentino conformado por una mezcla entre jóvenes y hombres
de experiencia y con gente que trabajaba sólo por el bien del club. Ese club
era Racing de Córdoba, un equipo que debutó en Primera en 1978 y que en 1980,
de la mano de Alfio Basile, estuvo a un paso de la gloria.
El plantel de ese equipo
casi en su totalidad estaba integrado por jugadores cordobeses y los titulares
eran Juan Manuel Ramos; Lucio Del Mul, Pascual Noriega, Osvaldo Coloccini y
Enrique Vivanco; Oscar López, Guillermo Aramayo y Roberto Gasparini; Luis
Antonio Amuchástegui, Miguel Ballejo y Atilio Oyola. Los que alternaban eran: Angel
Feilú, Eduardo y Jorge Maldonado, Miguel Seronero, Raúl Malavolta, Mario
Beutke, Juan José Urruti, Rubén Molina y Mario Tapiero, entre
otros.
Que la mayoría de los jugadores fuesen cordobeses se debió a los hermanos Félix y René Gorreta, quienes eran reclutadores ad honórem del club y que no dejaban de buscar jugadores en los torneos interescolares o barriales en cualquier lugar de Córdoba.
En el Nacional de 1980,
le tocó ocupar zona con Estudiantes, Vélez, Central, Racing Club, Atlético Tucumán
y Gimnasia de Jujuy, además de jugar un Interzonal con Chaco For Ever. Faltando
una fecha, Vélez y Estudiantes eran punteros con 16 puntos, mientras que los
cordobeses eran escoltas junto a Rosario Central con 15 puntos.
Nada estaba definido en el
grupo: Vélez recibía a Central, Estudiantes visitaba a Gimnasia en Jujuy, y
Racing de Córdoba recibía a su homónimo de Avellaneda. Los cordobeses golearon
5 a 1 y como Estudiantes empató con los jujeños, clasificó a los cuartos de
final donde le tocaría Argentinos Juniors, que tenía en sus filas a un tal
Diego Maradona.
Sin embargo, Maradona se
encontraba de gira con la selección y por eso no jugó frente a Racing. En La Paternal
empataron 1 a 1, y tres días después, el Chateau Carreras fue el lugar donde
Racing venció al “Bicho” por 3 a 1, con 2 goles de Ballejo y uno del “Pato”
Gasparini.
En las semifinales,
logró una de las victorias más importantes de su historia. En el Chateau,
recibió al Independiente de Ricardo Bochini y Antonio Alzamendi y que venía de
ganar dos de los últimos tres nacionales, y lo venció por 4 a 0 con goles de
Ballejo, Aramayo y Amuchastegui, en dos ocasiones. En la revancha, perdió por 5
a 3 (tres goles de Ballejo) pero en ningún momento sufrió la clasificación a la
final.
El sueño no fue completo
para los cordobeses: en la final, Central lo goleó por 5 a 1 en el Gigante de
Arroyito, y aunque ganó en Córdoba por 2 a 0 (dos goles de Gasparini), no fue
suficiente para consagrarse campeón. La hazaña del equipo de Alfio Basile
estuvo muy cerca.
Un equipo que hizo historia
en base a su humildad de sus jugadores y cuerpo técnico. Por ejemplo, en ningún
partido de la etapa de clasificación, el equipo concentró en algún hotel. Sólo
desde los cuartos de final hasta las finales el plantel concentró en Villa
Carlos Paz, y en aquel torneo, Racing se movilizó en casi todos sus traslados
en colectivo.
El presente del club
cordobes al día de hoy es muy diferente. Se encuentra primero en la zona 6 del
Torneo Argentino B y hace muchos años que no se hace presente en la B Nacional,
pero lo vivido en 1980 nunca será olvidado por los simpatizantes del elenco del
barrio de Nueva Italia, y es algo que los más jóvenes deberían conocer: el
dinero no importa, en base a humildad y sacrificio un equipo puede llegar muy
lejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario