Hace 16 años, Florencia Romano se convertía en la primera árbitra
en dirigir un partido de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Fue en un
encuentro de la Primera D, entre Victoriano Arenas y Muñiz.
En su debut no tuvo problemas en expulsar a 3 jugadores. El
primer jugador expulsado por una mujer fue Gustavo García, defensor de Muñiz
que evitó un gol con la mano; también le mostró la roja al arquero local, por
insultar a un rival, y al 8 visitante, por una jugada brusca.
La historia de Romano y AFA empezó años antes. En los años
1996 y 1997 fue conocida por realizar a modo de protesta una huelga de hambre
reclamando ser incorporada a la nómina de árbitros de AFA y elevó una denuncia
de discriminación de género laboral hasta el Congreso de la Nación Argentina y
la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio del Interior.
Nacida en San Miguel de Tucumán el 23 de octubre de 1970, se
recibió de árbitra en 1992, dirigiendo partidos de divisiones inferiores de la
Liga Tucumana de Fútbol. Cuando solicitó arbitrar partidos de Primera división,
el presidente del Colegio de Árbitros, Julio César Gutiérrez, la desaconsejó.
Tras muchos conflictos, llegó a dirigir el partido de Primera D en 1998.
Su gran día fue el 18 de marzo de 2000, cuando integró la
terna arbitral del partido de Primera B entre Atlanta y Argentino de Quilmes, con
dos asistentes mujeres: Alejandra Cercato y Elvira Maldonado. Esa tarde sacó 7
tarjetas amarillas y 1 roja.
Diferencias con Julio Grondona la fueron dejando de lado con
el correr del tiempo pero Florencia Romano siempre será recordada por abrir la puerta del
arbitraje femenino en torneos de AFA.
Por Daniel López (@danilopez1414)