Si hay algo positivo
en el paso de Zubeldía como entrenador de Racing es que en los momentos difíciles,
donde parecía que los jugadores ya no respondían al técnico, estos salían a
respaldar su puesto con triunfos adentro de la cancha. Ocurrió luego de las
derrotas ante Independiente -luego empató frente a Lanús y le ganó 3 a 0 a San
Martín de San Juan- y River -después una victoria 4 a 1 a San Lorenzo-. Es así,
no hay otra forma. Las palabras declaradas en la semana, en el partido no
juegan.
En este partido
contra Arsenal pareciera haber tocado fondo el equipo. Lo último de esperanza
que quedaba de remontar para Zubeldía parece haberse desvanecido con los goles
de Rolle, la diferencia con los partidos del campeonato pasado, es que los
pibes no están con el nivel para salvarlo. Al no tener un estilo de juego
marcado en ningún momento de su ciclo, Racing se mantuvo entre los primeros puestos
por el buen nivel de sus joyas que están sufriendo -como todos los jugadores-
los altibajos de su corta edad.
La individualidad
aparece en cada rincón de la cancha en busca de ese zapatazo salvador que
renueve las esperanzas de ganar, sumándole a eso la falta de conexión y
solidaridad que se juntan para realzar aún más los errores del entrenador.
Esperar a quedar
afuera de la Copa contra Lanús para que se cambien de aires, parece un costo
demasiado grande para los hinchas que nuevamente nos vemos entre nosotros preguntándonos
¿Cómo es que llegamos a esto?
Por GASTÓN NININ (@gasty93)
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