Conozco mucha gente que dice: ¿Cómo te gusta tanto el fútbol? Solo son 11 contra 11 que no hacen nada y tienen contratos millonarios por no hacer nada. Bueno, puede ser que haya varios que son unos “muertos” pero el fútbol es hermoso.
Ver a tu equipo en la cancha es emocionante, la pasión que se vive es inigualable. Si ese fin de semana se pierde, al otro día que ni te hablen del partido. Si se gana, viva la fiesta. El fútbol es una montaña rusa de emociones: sufrís, te emocionas, gritas, puteas, cantas, todo en base al equipo de tus amores. Porque tu equipo es un amor más.
Es un deporte tan simple. Agarras una media, le das forma redonda y ya está. El fútbol une. Vas a una plaza con una pelota, ves un par de pibes y sale partido. Dos camperas de cada lado asemejan a los arcos del Bernabéu y ya no importa quienes son los del otro lado, tal vez son tus amigos, tal vez no pero cada uno busca divertirse jugando con la redonda. Una tapita de Coca, la cajita de un Baggio, una botella, cualquier cosa, mientras se patee es digna para jugar a la pelota.
Jugar al fútbol con amigos es lo mejor que le puede pasar a una persona. Jugar al fútbol se transforma en la reunión semanal de un grupo de amigos y si se juega un torneo y se gana, es una sensación inolvidable. No ganarás millones por jugar un torneíto de fútbol 5 o de fútbol 7, pero ganar un torneo con tus amigos es genial. Transpirar por otros y que esos otros se maten por tu equipo genera más amistad todavía. Sabes que solo no vas a tener que batallar, que siempre que estén juntos van a sufrir y vibrar para lograr el mismo objetivo.
Por esto el fútbol es una pasión. Por eso me gusta tanto. Porque aunque no lo quiera, el fútbol va a estar. Dame cualquier cosa pateable y veo que puedo hacer. El club del que sos hincha va a estar. Los continuos cambios de sentimiento van a estar. Tus amigos y la redonda van a estar. Y siempre va a haber algo en común, la pasión por la pelota.
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